Descripción
Nos lo presenta Constantino Suárez, «Españolito» (Escritores y artistas asturianos), como escritor sobre temas históricos y científicos y poeta del siglo XVIII. Abuelo del político y escritor José María Queipo de Llano [ver biografía] y bisabuelo de Francisco de Borja Queipo de Llano [ver biografía], llevó en quinto lugar el título nobiliario de conde de Toreno, creado por Felipe IV, y también el de vizconde de Matarrosa. Haciendo honor a su alcurniada estirpe, de la más rancia de Asturias —dice Españolito—, fue en su provincia de nacimiento un hombre lleno de entusiasmo para propulsar su progreso material e intelectual. Fuertes Acevedo da de él esta referencia en Mineralogía asturiana: «Conocedor de los elementos de vida y prosperidad que encerraba Asturias, consagró su talento y sus intereses al fomento de la industria minera, despertando con su ejemplo la afición a los estudios mineralógicos y dando a conocer con sus descubrimientos en el país varios minerales, como el antimonio y el amianto, hasta entonces ignorados en el Principado. Su excelente colección de minerales, recogidos y clasificados por el mismo conde, era una prueba de su noble afición, en la cual poseía conocimientos especiales, como los poseía, y de ello ha dado muestras con su producción, en Historia y Bellas Artes... Incansable en promover los gérmenes de la industria mineral de la provincia, ya con sus escritos, ya con sus trabajos prácticos, en los que mostraba conocimientos nada comunes».
El quinto conde de Toreno nació en Cangas de Tineo (villa conocida actualmente por Cangas del Narcea) hacia el año 1727. Fueron sus padres Fernando Queipo de Llano Valdés y Bernarda Quiñones Pimentel y Quejada. Desconocemos si cursó estudios oficiales. Desde luego fue hombre que poseyó una cultura superior a la que, aun dentro de su elevada clase, tenían los más instruidos. Si acaso no pisó aulas universitarias, fue en cambio un perpetuo estudioso. Le acompañaba, además, estro poético. Y fue, por último, contra lo que era costumbre en su esfera social, un gran trabajador.
Además del título honorífico de alférez mayor de Asturias, que le correspondía por estar vinculado a su casa, lo fue efectivo de la villa y concejo de Tineo con gran aplauso de todos por su rectitud de conducta.
Aunque residió algunas temporadas en Madrid, donde pudo brillar como brillaron otros varios asturianos, jamás la ambición de fama le movió a desvincularse de la región natal, a la que con su presencia y su trabajo quiso estar unido siempre. Ello no le impidió alcanzar hondas estimaciones en los círculos intelectuales madrileños, como lo prueba el que haya sido incorporado en 1785 a la Sociedad Económica Matritense como socio de mérito y a la Academia de la Historia como académico honorario.
Fue en Oviedo principal promotor de la Sociedad Económica de Amigos del País en 1780, a la que prestó su saber y su entusiasmo con la mayor generosidad.
Especializado en Ciencias Naturales, sostuvo relación con sabios españoles y extranjeros. El gran naturalista Vernet le honró denominando una concha fósil nueva con el nombre técnico de Terebratula Torena.
Dejó de existir José Joaquín Queipo de Llano en el año 1796.
Autor de relevantes Memorias dirigidas a la Sociedad Económica de Amigos del País, en la que también pronunció destacadas conferencias sobre yacimientos de minerales, dejó obra poética, con títulos como Las Artes Triunfantes en el coche de la Serenísima señora princesa de Asturias (Oviedo, 1786); Triunfo glorioso de la invicta mártir Santa Eulalia de Mérida, patrona del Principado de Asturias (Oviedo, 1787); Oda en elogio de San Joaquín (Oviedo, 1788); Rasgos de valor, traición y hermosura. Semiramis, reina de Siria. Compendio de su vida y nacimiento (Oviedo, 1788); Anécdota de crueldad y arrepentimiento de Zingha, reina de Segas (Oviedo, 1788); trágica y dolorosa muerte de doña Blanca de Borbón, reina de Castilla y mujer del rey don Pedro (Oviedo, 1789). También fue autor de Canto que en elogio de la brillante invención del globo aerostático, y famosos viajes aéreos, ejecutados por los célebres viajeros franceses, en los días 21 de noviembre y 1 de diciembre de 1783, escribía «Cypariso», labrador asturiano (Madrid, 1884).
Concejo de Cangas del Narcea
Osos, vino, carbón, un Monasterio convertido en Parador, un bosque como Muniellos, una Reserva de la Biosfera y un sinfín de lugares recónditos en el municipio más extenso de Asturias y uno de los más grandes de España. Así es Cangas del Narcea.
Los concejos (municipios) que limitan con el Concejo de Cangas del Narcea son: Allande, Degaña, Ibias, Somiedo y Tineo. Cada uno de estos concejos (municipios) comparte fronteras geográficas con Cangas del Narcea, lo que implica que comparten límites territoriales y pueden tener interacciones políticas, sociales y económicas entre ellos.